Por favor que alguien me despierte, ésta pesadilla no se termina y cada vez se pone peor, pero todavía tengo la esperanza de estar soñando y que todo esto es un sueño y que hoy no es hoy.
En verdad la angustia, la incertidumbre, el miedo y la vergüenza que estoy sintiendo en este momento como Mexicano, solo la podría comparar con los sentimientos que experimenta la quinceañera en su fiesta de cumpleaños cuando su papá borracho está a punto de soltar el discurso tradicional, después de haber ingerido alcohol toda la tarde, en la cual se fue transformando, hoy el Anfitrión se siente muy ufano pues para la fiesta echó la casa por la ventana y para quedar bien con sus amigos de la pulquería, les dió lugar a todos en la mesa principal.
Para estás alturas, ya la festejada vió a su papá tropezar en repetidas ocasiones y en cada mesa a la que fue a saludar, le escuchó contar el mismo chiste y decir las mismas payasadas.
A lo largo de la tarde y al calor de las copas, el orgulloso progenitor se fue robando la atención de la fiesta, ya con la camisa desfajada, el cierre del pantalón abajo y los pantalones manchados de mole (o caca), difícilmente puede hilar una frase completa y se le barren las palabras.
Mis quince años tan esperados, todas las tardes de ensayo, las preparaciones para el banquete, la ilusión del vestido y todo lo que soñé que sería mi presentación en sociedad, se ha convertido en un verdadero martirio que me dejará marcada para toda la vida.
¡Tragame tierra, por favor que alguien detenga esta masacre! mi padre está a punto de hablar y no quiero pues todos los invitados se ríen de él, pero no se da cuenta y piensa que la gente se ríe de sus chistes.
Nadie lo detiene pues le tienen miedo y yo tendré que escuchar sus mentiras, cómo exagera sus logros y cómo presume sus riquezas, yo sé que está quebrado, que todo lo debe y que siempre ha sido un estafador.
Por favor que alguien pare está masacre, porque el barco se hunde y por primera ocasión las ratas no han sido las primeras en abandonarlo, son las ratas que trajo el capitán las que hicieron los hoyos por dónde se mete el agua, nos estamos hundiendo y muy rápidamente, todos sabemos que es por culpa del capitán y los pasajeros de cuarta que viajan de gorra y jamás han paga el pasaje, fueron ellos los que le dieron el rango de capitán y le han permitido cambiar el rumbo mientras los que viajan en primera clase están disfrutando y bailando.
El barco se hunde y con el todos los que estamos adentro y si queremos salvarnos, si queremos rescatar algo de lo que algún día fue está embarcación, tenemos que evitar que el capitán siga al timón.
¡Qué pesadilla tan larga y lo peor de todo es que no es un sueño!
Por primera vez en mi vida realmente me duele ser Mexicano.
Luis Bernardo García Casas.
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